Estos días estoy leyendo y releyendo textos de y acerca de Jacques Lacan. Me interesa sobre todo desde un punto de vista cultural y sociológico. En absoluto como psicoanalista. En ese sentido sus teorías más que confusas o ininteligibles, me parecen disparatadas y lo que es peor; perniciosas. Aunque un filósofo tan mediático como Slavoj Zizek se empeñe en lo contrario.
Lacan como personaje es atrayente, pero en el campo del psicoanálisis con Freud hubo suficiente. A Freud le cabe el mérito de haber puesto de manifiesto ante su época, toda una serie represiones sexuales que necesitaban ser expuestas para ser superadas. Con un valor más social que para el individuo en particular. De hecho es en el terreno de la cultura donde aún se mantiene, como en : “El Malestar en la cultura” y el resto de escritos semejantes.
La Frenología ahora considerada una pseudociencia (**sigue abajo) |
Supongo que hay quien considerará con razón, que mis estudios de Filosofía no me autorizan a discrepar de las creencias en Psicología y Psicoanálisis (ni siquiera el año que cursé psicología y abandoné precisamente por lo que explico a continuación). Asumo que mis conclusiones son más propias de la doxa que de la episteme. Pero creo que la Psicología se separó prematuramente de la Filosofía para convertirse en ciencia empírica. Existe una corriente de pensamiento que cree que las llamadas ciencias sociales; Economía, Psicología, Sociología, Antropología y Pedagogía no son ciencias en absoluto, pero no es el tema.
La Filosofía nació para separarse de la Religión, como una forma de teorizar sobre “el mundo”, “la realidad”, “todo”. Con el paso del tiempo la mayor parte de las materias que formaban parte de la Filosofía se fueron independizando gracias a su madurez como ciencias empíricas separadas; astronomía, física, química, biología, botánica, etc.… La Psicología como rama que estudia el comportamiento y conducta de los individuos para aplicar soluciones (y el psicoanálisis como una forma en particular de hacerlo), también se separó.
Desde mi punto de vista la Psicología en general, ha sobrevalorado su capacidad de resolución de problemas y ha invadido aéreas del espacio del individuo con resultado nefasto. Tiene su sitio sin duda, en varios terrenos muy importantes, como por ejemplo; ayuda en los retrasos cognitivos, terapias con personas que de verdad tienen trastornos mentales crónicos (alzhéimer, autismo) , retrasados mentales, violencia doméstica, etc. y en todo momento bajo la supervisión de un psiquiatra. Algo así como el fisioterapeuta del traumatólogo.
Mi experiencia personal a través de la lectura de toda clase de material al respecto y como paciente que ha visitado a varios psiquiatras y a no menos de siete psicólogos/as, buscando al ideal para la resolución de problemas que sólo existen en el imaginario popular de nuestra cultura y de los que se nutre la profesión, me aboca a determinadas opiniones. Lo habitual es que se salga con más problemas de los que se creía tener, porque ya no sólo se tiene dificultades para dormir, sino que se averigua que odiabas a los padres o deseabas la muerte del hermano o cualquier barbaridad parecida.
Los terapeutas que conocí me parecieron desorientados, a menudo acomplejados por su falta de formación médica y que los hacía comportarse de forma confusa en su consultorio; entre cómo vestirse y una decoración a medio camino entre una consulta médica y un local de terapias alternativas. En este aspecto los psicoanalistas son más afortunados al tener una decoración previsible; el despacho austero (con algún complemento exótico) y el famoso diván.
El error de la psicología es creer que lo psicológico, lo mental, dispone de una extensión muy amplia en nuestra forma de ser. No hay como convivir con un demente senil, para comprobar que el "yo" ha desaparecido completamente junto con el resto de desintegración cerebral. Simplificando al máximo diré que la persona es 1) lo biológico, 2) lo mental o psicológico y 3)lo cultural. Lo biológico es el cerebro, la neuroquímica, lo físico. Aquello que tenemos genéticamente y que adquirimos físicamente a lo largo del tiempo. Que quizás pueda operarse o medicarse y que constituye la base real de lo que somos. En el otro extremo, tenemos lo cultural; donde nacemos, lo que nos enseñan, lo que vemos, lo que nos influye. Más como colectividad que como individuo. Esta es una parte en la que tenemos alguna posibilidad de cambios, ya que aun siendo muy influyente, no deja de ser accesoria. Lo mental se sitúa en la mitad de los dos extremos. Un lugar donde lo cerebral, lo orgánico libra sus batallas con lo cultural, con lo que nos encontramos. Sin duda es un espacio pequeño, pero existe, pero es tanto el interés de los psicólogos por ampliar su campo que lo llenan de especulaciones temerarias. Planteando conflictos existenciales ficticios. Ya en su día se puso de manifiesto la falsedad de las “personalidades múltiples”. Así como, también se ha hablado del peligro de los recuerdos inducidos, o sea, inventados. Y es que cuando un terapeuta “busca”, algo encuentra.
La situación en la que estamos es consecuencia de la todavía ignorancia en el conocimiento del cerebro. Hay un caso paradigmático que ilustra todo lo dicho. El llamado “instinto materno” resulta estar producido por una hormona, la “oxitocina” Las mujeres que no pueden sintetizarla carecen del citado instinto. Nada de malas madres o de buenas madres, como sin duda en sido tratadas en psicología. ¿Cuánto sufrimiento inútil? por ignorancia. La explicación de lo mental tiende al padecimiento, a abocar al individuo a callejones sin salida; más claros, con más luz, pero sin solución. Los hechos aunque conocidos serán los mismos. Y al final seguramente casi todo tendrá su explicación en la neuroquímica o biología del cerebro y lo demás será cultural. La ventaja de que lo demás sea cultural es que es colectivo, no individual y entonces pasamos de considerar que nuestra familia es disfuncional al convencimiento de que lo son casi todas. Es la ventaja de lo general. No hay más que pensar en el mundo, donde abundan los desastres colectivos, las dictaduras, las guerras, toda clase de penalidades y… la gente no se vuelve psicótica, lo asimila, forman parte de los demás que también lo superan y no van al terapeuta. Que por otra parte no deja de ser una práctica de país rico y a los psicoanalistas van las personas que además son adineradas, occidentales (¿se practica en Asia?), narcisistas y ególatras.
Hubo un tiempo en que las películas nos acostumbraban a una explicación freudiana de los problemas del protagonista. Lo habían maltratado, violado, sus padres se habían separado, etc.. Es por ello que me pareció de una modernidad absoluta el tratamiento del “Joker” en la última película de Batman “El caballero oscuro” (The Dark Knight, 2008,Ch.Nolan). Joker explica a su víctima el por qué es malvado, todo en la mejor tradición freudiana. Más tarde y frente a otra víctima Joker inventa otra explicación distinta. ¡Genial! ¡No hay explicación!
Me parece falso que el supuesto conocimiento de nuestras miserias personales nos libere. En realidad el gran combustible de la psicología y del psicoanálisis es la necesidad enfermiza que tiene el ser humano de contar historias y de escucharlas, de hablar y de ser escuchados. Incesantemente durante toda la vida somos consumidores de historias; relatos hablados, novelas, películas, la vida de las celebrities. Necesidad de oir historias y contar la nuestra. De que un psicólogo o un adivino o un chamán o un sacerdote, nos explique nuestra vida y la convierta en un relato. Porque al final sólo las historias nos salvan de nuestra propia vida.
(lo escribí y publiqué en otro blog con fecha 13-8-2009)
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"Es la psicología una ciencia" -artículo 27 nov. 2012- por: Scott O. Lilienfeld
"Es cierto que preguntar si la psicología es una ciencia es como preguntar si las películas son buenas, los restaurantes sirven comida sabrosa o las personas son agradables. No es un campo, sino una gran confederación de docenas de subdisciplinas que examinan los procesos mentales."
Estoy en general de acuerdo con el doctor Scott. Lo que sucede es que cuando se nos muestran los estudios científicos que apoyan ciertos resultados vemos que la realización es cuestionable y que de ninguna manera es concluyente.
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** La Frenología se practicó a finales del siglo XIX y entrado el XX. Desde hace mucho tiempo está considerada una pseudociencia que trataba de determinar el carácter de la persona a través de rasgos craneales, faciales, etc. en un intento fallido por convertir/encontrar ciertos aspectos de la psicología en ciencia.
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